Categoría Adultos, Tercer puesto
Cuando me subí al Circular estaba medio vacío. «Suerte que me tocó sentada», pensé. Me hice en la parte de atrás porque el trayecto era largo hasta la casa de mis patronos. Al rato se subieron al bus dos muchachos. No vacilaron, mostraron un arma y empezaron a quitarles celulares y billeteras a los asustados pasajeros. Yo fui la última, pero a mí no me robaron nada. El muchacho que se dirigía hacia mí me reconoció, bajó la vista y, antes de saltar por la puerta de atrás, lo imaginé decir: «Vos a mí ya me lo diste todo, mamá».
Ana Tamayo, 31 años.
Belén, Medellín.
Ilustración: Maribel González Berrío.