PRESOS INOCENTES

Categoría juvenil Tercer puesto

Cuando se enfriaba la parrilla de las arepas, la ponía delante de los animalitos de plástico, cual si fuera el zoológico Santa Fe. Jugaba a liberarlos, a ser abogado de clientes inocentes condenados a cadena perpetua; de clientes que lo único que sabían era vivir y habían nacido para eso, no para ser una distracción para humanos que acompañaban con Cheetos los domingos en la tarde. «¡Vea, pues! ¡Es la tercera parrilla que dañas en la semana!», gritaba su mamá al sorprenderse.

Santiago Gómez Escobar, 17 años.
Bariloche, Itagüí.

Ilustración: Manuela Moreno.